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NUEVA YORK VERSUS EL ZAPOTITO, de Verónica Musalem


Divertida pero bucólica, nostálgica, conmovedora.

Texto y fotos: Salvador Perches Galván.



Soy una mujer tierra...

Soy una mujer salada...

Soy una mujer árbol...

Soy la que dice el camino...

Soy la que miro a los hombres...

Soy una maga...

Soy una sirvienta... 

Soy una mujer perfecta. 

Soy una mujer... 

Soy la que ama al universo...

Soy una gitana...

Soy la que baila...

Soy la que canta...

Soy la que ama...

Aquí estoy,

aquí está mi puerto...

Soy todo...

Soy bella...

Soy...

Aquí estoy...



Verónica Musalem



Zapotito se deriva del zapoteco, lengua que se habla en el estado de Oaxaca así como en la obra Nueva York versus El Zapotito, lo habla la siempre efectiva Marta Aura, la madre, la parte indígena, sabia, mística y mágica, depositaria de ancestrales tradiciones. A la hija, la no menos talentosa Aida López le toca hablar inglés masticado con español, la juventud que reniega de sus orígenes y que migra a los Estados Unidos en busca del American way of life. El Zapotito representa un lugar imaginario para la dramaturga Verónica Musalem, una región desolada en medio de la Sierra y que se opone a la ciudad de Nueva York, explicación al nombre de la obra, poco atractivo, por cierto.

El Zapotito , termina siendo, como muchas regiones de nuestro México lindo y que herido, la desolación, la nada, el vacío, el completo abandono, lo yermo, la aridez.



Verónica Musalem es una dramaturga que hurga en sus raíces para manifestar su preocupación por un México que va perdiendo su identidad, lo hace escribiendo textos poéticos como Nueva York versus El Zapotito donde presenta un pueblo abandonado, abundantes en su natal Oaxaca y en muchos estados de nuestro castigado país, por efecto del abandono que supone la emigración hacia los Estados Unidos, abordado por su autora en esta obra, desde el punto de vista femenino, con dos personajes que pueden ser de carne y hueso o bien ánimas que se encuentran al conjuro de la madre, chamana, que trae de regreso a su hija. Texto fantástico en el que se pueden entreverar muchas leyendas mexicanas o la probabilidad de ser el sueño de una madre que ya perdió a un hijo en el tránsito hacia Estados Unidos y anhela ver a esa hija regresar de Nueva York. Este enfrentamiento de dos culturas es a lo que refiere el título.



Una historia que nace en la geografía de la sierra de Oaxaca y que se nutrió de la vida de su autora, pero sobre todo de sus raíces, de su abuela, mujer tehuana, que hablaba zapoteco y que en su cosmogonía convivía con los nahuales. Pero también de las narraciones populares que contaban sobre la felicidad de las aves, la sombra de los árboles, el tamaño de la luna o los recuerdos de una nieta perdida en un viaje a Estados Unidos.

La obra nos remonta al Zapotilto, un pequeño poblado ubicado en Oaxaca, un pueblo fantasma, donde sus otrora habitantes migraron a Estados Unidos buscando una mejor calidad de vida. La obra narra al reencuentro de dos mujeres, madre e hija, separadas desde hace muchos  años. La hija emigró tiempo atrás a Nueva York. La madre, dueña de un circo el cual dirige junto a un fiel amigo, permanece en su pueblo al que vive enraizada, añorando el pasado y las épocas de relativa felicidad; el encuentro se vuelve divertido, mágico, misterioso, lleno de mezcal y hermosas costumbres Mexicanas. La puesta en escena, divertida pero bucólica, nostálgica, conmovedora, expone la pobreza y la injusticia que provoca que nuestros compatriotas que viven en comunidades rurales de México, en busca de oportunidades que el gobierno les niega, terminen por negar la tierra que los vio nacer, desarraigarse y migrar.



Nueva York versus El Zapotito, es una mirada a los muchos pueblos que la miseria convierte en lugares desiertos, es, como Comala, un encuentro que se desarrolla en un sitio habitado por fantasmas, donde sólo queda el recuerdo de un pasado que tampoco fue mejor, narrado desde la óptica de un mundo onírico.

Dramaturga, guionista y directora Verónica Musalem cursó Dramaturgia con el maestro José Sanchis Sinisterra. Entre su producción dramatúrgica podemos resaltar: Signos Vitales y Eso que dicen los sueños, bajo su propia dirección. Tu nombre no se ha escrito. Versión libre de: De la mañana a la medianoche, de Georg Kaiser. After Hours, Adela y Juana, Agua viva. Incursionó en la Opera Experimental, con la obra Lazos. Chilpancingo No. 13. Ha escrito guiones para cortometrajes y un largometraje llamado: Crisálidas. Estrenó la ópera El juego de los insectos, Adán y Eva, tiempo después, Así aprendimos a decir adiós, La nueva Alejandría, y Rebanadas de vida dentro del ciclo de Salas de Urgencia.


Sus textos han sido dirigidos por Ricardo Ramírez-Carnero, Luis Ayhllón, Alejandro Velis, José Luis Saldaña, Lydia Margules, Alejandro Ainslie y Angélica Rogel, entre otros.

Nueva York versus El Zapotito habla de los circos, del cine, de una serie de cosas, muy mexicanas, muy nuestras. La puesta en escena incluye una intervención plástica en la que se proyectan imágenes que se dibujan durante la representación, y forman parte de la escenografía y fantasía de la obra. En la onírica ambientación, dibujada en vivo por el artista plástico Olivier Dautais; pinturas y dibujos nacen y se desvanecen ante nuestros ojos, objetos y sonidos nos transportan a un territorio fantástico, poblado por sombras del pasado y por recuerdos. Hay un momento donde las protagonistas hablan de un río y navegan en el, en una balsa (una mesa patas para arriba), mientras el escenógrafo dibuja el río, y el espectador las escucha y ve, al mismo tiempo que ve las imágenes que se crean en vivo, convirtiéndose en un recurso lúdico y mágico.

Un petate, figuras artesanales, una mesa, un anafre, sabanas, lámparas y un creativo dibujante en vivo bastan para que los actores den vida a las poderosas palabras de Musalen.

Una obra diferente en la que se conjuga música, teatro, cine, pintura y sombras chinas, pero sobre todo la imaginación del espectador y la creatividad de los participantes del montaje. Arnaud Charpentier en la dirección, Oliver Dautais animador en vivo (creadores escénicos de origen francés y fundadores del grupo La Biznaga), Marta Aura, Aída López y Alejandro Benítez actuando, son los guías que nos conducen por este alucinante viaje de reencuentro.




Arnaud Charpentier, ha manifestado que la historia lo atrapó desde el primer momento y lo fue llevando por un viaje iniciático, alucinante, por la cultura oaxaqueña a la que interpreta con su estética y en la que subraya lo efímero del gesto teatral. En este texto que propone una anécdota hecha con referencias provenientes de las tradiciones populares de Oaxaca, pero al mismo tiempo de todas las leyendas y mitos que existen en la cultura popular de este país.

Situaciones de pobreza y miseria que no han cambiado, lugares fantasmas y recuerdos de un pasado que permanece igual. Una historia en la que un circo y los sueños de una madre se tornan alegorías de lo que pasa en la realidad, en estados del país donde la migración es un fenómeno cotidiano y el regreso de una hija, quien ya no se reconoce en las costumbres de su tierra.

La música en vivo es creación de Carlos Guzmán. La conjunción de los escasos pero muy efectivos elementos, aunado a las extraordinarias interpretaciones, aportan su dosis de irrealidad al montaje y resultan muy interesantes.

El teatro es de todos. ¡Asista!

Absolutamente recomendable, imprescindible.

Nueva York versus el Zapotito. De: Verónica Musalem

Dirección: Arnaud Charpentier.

Animación en vivo Olivier Dautais

Diseño de iluminación y multimedia: Jazzael Aché-Sáenz.

Actuación: Marta Aura, Aída López y Alejandro Benítez..

Teatro Helénico. Av. Revolución no.1500, colonia Guadalupe Inn, Metro Barranca del muerto, Metrobus Altavista

Funciones: Miércoles 20:30 horas, hasta el 11 de julio de 2012

Localidades: $150 general

Público: Adolescentes y adultos

Comentarios

  1. Verónica Musalem9 de julio de 2012, 17:34

    Salvador, muchas gracias por tus bellas palabras...Te mando un abrazo!!
    Verónica Musalem

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